Entrevista con el doctor Harvey Cox
[Extracto de una entrevista realizada al doctor Harvey Cox, renombrado teólogo y docente de la Universidad de Harvard, por Masao Yokota, asesor del Centro Ikeda por la Paz, el Saber y el Diálogo.]
Masao Yokota: ¿Podría compartir con nosotros su pensamiento sobre el 80º aniversario de la fundación de la Soka Gakkai que se cumple este año [2010]?
Harvey Cox: El 80º aniversario de la fundación de la Soka Gakkai me hace pensar en la historia: la gran depresión económica de la década de 1930, los conflictos bélicos mundiales, la Guerra Fría y todo lo que siguió después. Soka Gakkai comenzó como un pequeño movimiento de creyentes laicos. Posteriormente, se desarrolló mundialmente difundiendo lo que es conocido ahora como el humanismo budista.
La Soka Gakkai en los Estados Unidos creció, maduró y se convirtió en un agente de la comunicación entre religiones, construcción de paz, promoción de os derechos humanos y otras actividades. Personalmente, aprecio la relación que he mantenido con la Soka Gakkai y el presidente Ikeda, aquí en los Estados Unidos y en mis visitas al Japón. Tengo expectativas de seguir manteniendo esta relación en los años siguientes.
Yokota: Muchas personas han elogiado su libro El futuro de los credos. En su obra, usted hace referencia a la Soka Gakkai y a Daisaku Ikeda, presidente de la SGI, como ejemplos de la reforma del budismo.
Cox: En mi más reciente libro El futuro de los credos, describo tres etapas en la historia del cristianismo, que denomino “la era de la fe”, “la era de la creencia” y la más contemporánea, “la era del espíritu”.
El último período, “la era del espíritu” se destaca por unas características particulares. Una de ellas es que se aprecia una visión de la religión más igualitaria y menos jerárquica; otra es la apertura en la conversación, el aprendizaje y el diálogo con otras tradiciones religiosas; la tercera es el creciente liderazgo de la mujer. Sin embargo, cuando uno mira fuera del cristianismo, se puede ver que hay tendencias y progresos similares en otras tradiciones religiosas del mundo.
En mi libro, incluí el movimiento de la Soka Gakkai como un ejemplo de la tradición budista, para ilustrar el movimiento de cambio de la jerarquización a la equidad, del ecumenismo a la apertura entre religiones y del compromiso con los derechos humanos y la consolidación de la paz. Incorporé eso con los movimientos que se apreciaron en otras religiones, tales como el judaísmo y el islamismo.
Huelga decir que la Soka Gakkai adoptó la esencia de “la era del espíritu”, y lo continúa haciendo ahora; por lo que vemos que sigue desarrollándose y creciendo.
Yokota: En su análisis sobre “la era de la fe”, usted menciona a Jesús, el fundador, trataba a todos por igual y llamaba a sus discípulos “mis amigos”. El Buda histórico también valoraba la amistad. En 1991, Ikeda brindó una conferencia en la Universidad de Harvard [a la cual asistió usted también] en torno al tema de la era del poder suave, y concluyó su disertación citando palabras de Emerson sobre la amistad. ¿Qué tan importante es la amistad en la práctica religiosa?
Cox: Para mí es importante que Jesucristo haya dicho a sus seguidores “No me llaméis su señor. Llamadme amigo y os llamaré mis amigos”. Luego, hizo algo bastante drástico para un rabino a un maestro religioso de aquel tiempo. Lavó los pies de sus discípulos, lo cual era una tarea que ejecutaban los siervos. Pero actuó como un siervo para enfatizar que no existían jerarquías. Sé que eso es igualmente cierto en Buda y Mahoma. Mahoma también subrayó el aspecto de la igualdad a la luz de un dios. Él también trató a sus seguidores con igualdad.
La igualdad estuvo presente ya en las etapas tempranas de estas religiones. Sin embargo, se dio un desarrollo que tendió a adoptar elementos jerárquicos. He notado que lo que ocurre ahora es que se está empezando a desmantelar tales estructuras y está surgiendo una percepción de mayor igualdad en las relaciones con otros individuos.
Yokota: En su libro, se enfoca la importancia del comportamiento. En relación a esto, ¿cómo fue su experiencia cuando conoció a Ikeda?
Cox: Cuando me dirigía a la casa del presidente Ikeda, todavía no tenía idea de cómo sería. La casa, hecha de una estructura de madera clásica y hermosa, estaba localizada en un encantador área con muchos árboles. Cruzamos un puente para llegar. En cierto sentido, era algo asombroso. Pero cuando entré a la casa, el presidente Ikeda se acercó para dar me la bienvenida en el umbral, alzando los brazos, y me dijo: “¡Ah, el soberano de la teología! ¡Estoy tan contento! ¡Me siento muy honrado!”. Así, con su broma, me sentí tranquilo gracias a la atmósfera que él creó, de humor e igualdad. A lo largo de nuestro encuentro, se preocupó que yo estuviese a su lado. He conocido a varios líderes religiosos que esperaban ser tratados con gran reverencia. Por ejemplo, he conocido uno o dos Papas. Jamás vendrían a darle la bienvenida a uno con una broma. El presidente Ikeda siempre se muestra dispuesto a crear una atmósfera distendida e informal. La informalidad es lo que me pareció más notorio. Y, también, su genuino interés en lo que yo tenía que decir y lo que yo estaba pensando. Me pareció evidente. No estaba preparado para eso pero fue refrescante.
Harvey Cox es uno de los más destacados teólogos de los Estados Unidos. Ejerció la docencia en la Universidad de Harvard, en la Escuela de Estudios Religiosos y en la Facultad de Artes y Ciencias hasta el 2009. Las áreas de investigación a las que se dedica son la religión, la cultura y la política. Ha publicado un libro con Ikeda en 2009, cuyo título en inglés es La persistencia de la religión: Perspectivas comparativas de la espiritualidad moderna (traducción tentativa).