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Encuentro con su mentor

Al término de la Segunda Guerra Mundial, en pleno caos y confusión, Daisaku Ikeda, en su búsqueda de respuestas, leía ávidamente los escasos libros de literatura y de filosofía a los que podía acceder. En esas circunstancias, conoció a Josei Toda (1900-1958), la persona que llegaría a ejercer la influencia más importante en su vida. Toda, educador y cofundador de la asociación budista laica Soka Gakkai, se había opuesto a la política gubernamental del Japón en los tiempos de guerra y por ello había sufrido persecuciones y dos años en prisión.

Una tarde estival de agosto de 1947, el joven Daisaku Ikeda asistió a una pequeña reunión de diálogo en la que escuchó a Josei Toda, quien sería su mentor para siempre, hablar sobre «La filosofía de la vida» [Ilustración de Kenichiro Uchida; © Seikyo Shimbun]

Una tarde estival de agosto de 1947, el joven Daisaku Ikeda asistió a una pequeña reunión de diálogo en la que escuchó a Josei Toda, quien sería su mentor para siempre, hablar sobre «La filosofía de la vida» [Ilustración de Kenichiro Uchida; © Seikyo Shimbun]

En 1947, Ikeda asistió a una pequeña reunión de miembros de la Soka Gakkai, en la que tuvo la oportunidad de escuchar a Toda. Aunque en general las ideologías religiosas no le inspiraban confianza, años después Ikeda aseveró: «Las palabras de una persona que había estado en prisión debido a sus convicciones tenían para mí una importancia fundamental. Percibí de inmediato que yo podría confiar en ese hombre». 1 (Leer el texto completo)

La postura de Toda de enfrentar al gobierno militarista produjo una honda impresión en Ikeda. Toda, que había sufrido el abuso de las autoridades y la muerte de su propio maestro, sentía la ardiente necesidad de lograr una transformación en la sociedad japonesa. Ikeda lo recordaba así: «Decidí seguirlo y aprender de él». 2

La Soka Gakkai

En aquellos momentos, Josei Toda estaba en pleno proceso de reconstruir la asociación budista laica Soka Gakkai, que había fundado junto con su mentor y colega docente Tsunesaburo Makiguchi (1871-1944) en 1930; dicha agrupación había sido desbaratada por el gobierno militarista durante la Segunda Guerra Mundial [Historia de la Soka Gakkai]. Josei Toda estaba convencido de que la filosofía del budismo de Nichiren –cuyo sustento consiste en que cada ser humano posee un gran potencial— sería la clave para lograr una significativa transformación social dentro del Japón.

Durante los años que siguieron a su liberación de la cárcel, en 1945, hasta su muerte, en 1958, Toda se consagró al esfuerzo monumental de desarrollar un movimiento de individuos fortalecidos por dicha filosofía. E Ikeda, completamente dedicado a respaldar la visión de Toda, naturalmente desempeñó un papel significativo en el desarrollo de la Soka Gakkai.

La asociación de Ikeda y de Toda duró solo diez años. No obstante, la guía de Toda como maestro se convirtió en la experiencia más determinante en la vida de Ikeda y, tal como él la definió, en la inspiración de todo lo que había realizado y de todo lo que había llegado a ser como individuo. Él hablaba y escribía continuamente sobre su maestro, y casi todos sus discursos y escritos mencionan las ideas y la influencia de Toda. La relación con el mentor es un tema que Ikeda exploraba y analizaba de continuo, y, en sus intercambios con personalidades destacadas, siempre se interesaba por saber acerca de los maestros que habían influenciado a sus interlocutores; del mismo modo, en sus escritos y disertaciones sobre figuras históricas, con frecuencia examina la relación entre el mentor y el discípulo.

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