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Asumiendo el liderazgo

Al tiempo que impartía instrucción a Daisaku Ikeda, Josei Toda comenzó también a asignarle posiciones de liderazgo dentro de la Soka Gakkai, desde donde ponía a prueba y desarrollaba la capacidad de su discípulo. En 1951, una vez puestos en orden sus asuntos económicos, gracias en gran parte a los enormes esfuerzos de Ikeda, Toda asumió el cargo de presidente de la Soka Gakkai. Durante la ceremonia inaugural, hizo público su objetivo de construir antes de morir una organización con setecientas cincuenta mil familias, a partir de lo que en ese momento era solo un grupo de tres mil personas. El anuncio fue considerado una simple exageración retórica por los miembros de entonces. Sin embargo, Ikeda comprendió que Toda hablaba absolutamente en serio. Los años entre 1951 y 1957, cuando esa meta fue lograda, fueron un período de intensa actividad para la organización y para Ikeda.

Ikeda

Ikeda dedica a los miembros de la Soka Gakkai una caligrafía que dice «lucha valerosa». (Mayo de 1955)

Una de las primeras ocasiones en que Ikeda pudo demostrar su capacidad como líder se presentó en 1952. Frustrado por el lento crecimiento de la organización, Toda asignó a Ikeda un cargo de responsabilidad dentro del cabildo Kamata de Tokio. Solamente en febrero, el cabildo agregó a sus miembros la cifra sin precedentes de doscientas una familias. Ese ejemplo dio impulso a toda la organización y fue el vigoroso punto de partida hacia el logro de la meta de Josei Toda de incorporar setecientas cincuenta mil familias en la organización.

Cuatro años después, la capacidad de Ikeda para organizar e inspirar a la gente quedó demostrada de manera mucho más contundente, durante la hoy histórica campaña de Osaka, en 1956. Con su guía, la organización de Osaka incorporó como miembros a once mil ciento once familias, en el lapso de un solo mes.

Matrimonio

En 1952, Ikeda contrajo matrimonio con Kaneko Shiraki. Antes de casarse, él acompañaba de vez en cuando a la joven hasta su casa, después de una reunión de la Soka Gakkai. Kaneko recuerda que, aunque él se mostraba gentil y encantador, rápidamente se sumía en profundas cavilaciones, mientras los dos caminaban a lo largo de la margen del río, camino a la casa de ella. Los pensamientos de Ikeda giraban en torno a cuestiones mundiales y a la injusticia social; también, reflexionaba sobre la naturaleza de la vida y del universo, y elaboraba visiones sobre el futuro de la sociedad humana. «Yo prestaba atención, tratando de retener todo, pero eso era lo único que podía hacer para seguir la enorme escala de sus pensamientos»1 confió posteriormente Kaneko. Recuerda también que él era una persona profundamente sensible a cualquier clase de injusticia social, y que a menudo se refería a la organización ideal y humanística que quería erigir.

Después de su casamiento, Kaneko se convirtió en la confidente más próxima de Daisaku. Posteriormente, ante las extenuantes exigencias que implicaba la tarea de Ikeda como presidente de la organización, el respaldo de Kaneko se volvió absolutamente vital.


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