Una red global de educación humanística
“Una educación sustentada en la sabiduría conduce a la pregunta que todas las generaciones deben plantearse: qué significa ser un ser humano. La respuesta que demos a dicha pregunta determina nuestra filosofía de vida, nuestra moral y la manera en que educamos a las personas. En los últimos cincuenta años, Daisaku Ikeda ha buscado responder a ese interrogante. Su obra es mucho más que la suma total de las universidades, escuelas de segunda enseñanza, escuelas de grado y centro culturales que él ha fundado. Su obra es mucho más que la suma de las docenas de libros que ha publicado Su labor responde la pregunta de lo que significa ser un ser humano”. (1) -- George David Miller
Con el profesor John D. Montgomery de la Universidad de Harvard (Hachioji, mayo de 1992)
Según Ikeda, la educación tiene una profunda misión dentro de la sociedad. No es“simplemente la transmisión de conocimientos. No es simplemente el desarrollo del talento personal. La educación es una empresa grandiosa con la misión de transmitir de manera firme y constante la plenitud de la condición humana (…) La educación es el proceso de llegar a ser plenamente humano”. (2)
Observa que los valores subyacentes a la educación moldean, para bien o para mal, a los individuos y a la sociedad. El desarrollo de una sociedad humanística y enriquecedora depende en gran medida de dar una orientación humanística a la educación, una que guíe a los estudiantes hacia el crecimiento de su vida interior y a llevar una vida vinculada con los demás y con el planeta en sí. Sin duda, la explotación desenfrenada de las personas y del medio ambiente, tan característico en la sociedad globalizada actual, se puede considerar como un claro fracaso de la educación.
Desde la perspectiva de Ikeda, la reforma educativa es esencial para establecer la paz mundial. Por este motivo, su esfuerzo por la educación no se ha limitado al desarrollo del sistema educativo Soka, sino que abarca distintas iniciativas para promover la educación humanística a nivel mundial.
Muchos de los diálogos que Ikeda ha mantenido con educadores y pensadores del mundo son ejemplo de ello.
Mientras tanto, el Centro Ikeda por la Paz, el Saber y el Diálogo (anterior Centro Bostoniano de Investigación para el siglo XXI fundado por Ikeda) trabaja en colaboración con académicos y activistas entorno a la temática de la educación, la academia y los asuntos sociales.
Ikeda también ha dictado 32 conferencias en instituciones de enseñanza superior y otras organizaciones en varios países y territorios del mundo. La realizada en el Colegio de profesores de la Universidad de Columbia en 1996, por ejemplo, trata muchos de estos temas.
Más de 400 distinciones académicas que Ikeda ha recibido de unos 60 países y territorios también demuestran el alance que tiene la influencia de su pensamiento y de su actividad.
Un acto académico en la Universidad Soka, mayo 2007
A este respecto, la observación que hace el profesor John D. Montgomery de la Universidad de Harvard es reveladora, y señala lo que en efecto considera dotes singulares de Ikeda como educador: “Una cualidad excepcional de Daisaku Ikeda es su capacidad de entablar una conexión personal directa con los demás, un talento que pocos hombres destacados pueden presumir. En base a estos fundamentos, ha proporcionado una motivación a los demás para superarse a través de desarrollar sus mejores aptitudes y dedicarse a propósitos más elevados. El historial inigualable de honores y reconocimientos de Ikeda… se basaron no solo en sus escritos y su sentido de misión, sino también en su capacidad de llegar al fondo del corazón de las personas que, para mí, representa su característica más distintiva”.(3)