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Instituciones culturales e intercambios

“¿Cuál será la fuerza fundamental que alejará a la humanidad de este siglo XX de guerras para crear un siglo XXI de paz? Es una pregunta de tremendas consecuencias para la humanidad. La respuesta está en el poder de la cultura, la fuerza que enlaza los corazones humanos más allá de las diferencias de raza, nacionalidad y religión. Este poder unificador de la cultura representa una brillante luz de esperanza para los seis mil millones de habitantes que integran la familia humana.” (1) – Daisaku Ikeda

Ikeda en el Museo de Bellas Artes Fuji de Tokio (2003)

Ikeda en el Museo de Bellas Artes Fuji de Tokio (2003)

Daisaku Ikeda fundó la Asociación de Conciertos Min-On, en 1963 –tres años después de que asumió la presidencia de la Soka Gakkai—, y el Museo de Bellas Artes Fuji, en 1973.

Min-On es la abreviatura de Minshu Ongaku Kyokai, cuyo significado literal es ‘asociación de conciertos del pueblo’. Ikeda manifestó que su motivación al establecer ambas instituciones fue su deseo de devolver el arte y la cultura a las personas comunes.

Él destaca que los museos surgieron en Occidente como un producto derivado de la lucha por la democracia. El arte había sido preservado por unos pocos grupos selectos y no estaba disponible para todos. El deseo de Ikeda fue que obras de primera calidad estuvieran al alcance del gran público. Él señala que, en la época de la fundación de esas instituciones, no se alentaba debidamente en el Japón la conexión del pueblo con el arte. “Parte del problema era que los japoneses no estaban muy interesados en esas actividades, pero tampoco los promotores artísticos se esforzaban por atraer el interés de un público masivo”. (2)

“Sin la participación y la valoración de la gente, [las expresiones de arte] son vanas y carentes de sentido”, (3) sostiene Ikeda. Una vez le preguntaron cuáles serían las características de una sociedad realmente pacífica; él destacó entonces que sería aquella en que se pudiera oír a las personas comunes departir libremente en sus conversaciones cotidianas sobre grandes obras de arte. La paz no existe sin el enriquecimiento espiritual de las personas.

Min-On es hoy la institución cultural privada más importante del Japón. Ha realizado intercambios con más de cien países y territorios, y ha brindado al público japonés espectáculos que incluyen una gran variedad de géneros, desde danza folclórica hasta arte popular, dentro de los cuales se destaca el Teatro de La Scala de Milán, la Ópera Estatal de Viena y el Ballet de Hamburgo. Las giras de Min-On se realizan no solo en las ciudades más importantes del Japón, sino también en provincias. La asociación efectúa conciertos gratuitos en escuelas, gracias a lo cual un millón doscientos mil escolares del Japón han tenido la oportunidad de presenciar actuaciones de artistas extranjeros. La entidad también organiza concursos nacionales e internacionales de música, para incentivar el desarrollo de nuevos talentos.

Min-On tiene como meta fomentar la paz mediante el entendimiento mutuo entre los pueblos y la erradicación de los prejuicios a través del intercambio cultural. Un escolar escribió la siguiente impresión luego de apreciar una función del Grupo Nacional de Música y Danza Folclórica de Etiopía: “Admito que no sabía nada sobre Etiopía. Pero de ahora en adelante, seguiré de cerca las noticias para saber qué sucede en ese país. Si son buenas, me alegraré por ellos. Pero si no lo son, si sufren por el hambre o por la guerra, compartiré su dolor”. (4)

Como afirma Ikeda: “Si uno tiene amigos que viven en otro país, le sería imposible aceptar la idea de enfrentarse con ellos en una guerra. Los lazos de persona a persona pueden actuar como freno en momentos en que las tensiones políticas se intensifican”. (5)

“El lago de los cisnes” del Ballet de Hamburgo (Japón, 1994)

“El lago de los cisnes” del Ballet de Hamburgo (Japón, 1994)

El Ballet Nacional de Senegal (Japón, 2005)

El Ballet Nacional de Senegal (Japón, 2005)
 

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