junio 18, 2008
El presidente Ikeda participa en reunión mensual de la Soka Gakkai
Daisaku Ikeda saluda a miembros de la SGI de ultramar
El 18 de junio de 2008, la Soka Gakkai celebró su reunión mensual de responsables en el Centro en Memoria del Presidente Makiguchi, situado en la ciudad de Hachioji, Tokio, con la asistencia de representantes de todo el Japón y de catorce países y territorios.
El presidente de la SGI, Daisaku Ikeda, pronunció un discurso en el que se refirió a una amplia variedad de temas. Destacó los más recientes logros de las instituciones educativas Soka y la importancia de mantener una postura correcta tanto en la práctica de la fe como en el liderazgo.
El señor Ikeda se refirió a los esfuerzos que realizaban los miembros de la organización en bien de la protección ambiental en sus respectivas esferas de actividades, dando el ejemplo de los proyectos de preservación natural promovidas por los cuerpos estudiantiles y docentes de la Escuela Soka de Tokio, la Escuela Soka de Kansai y la Universidad Soka del Japón, dedicados a la crianza de luciérnagas, el cultivo de lotos y la horticultura de árboles de cerezo.
Hace tres décadas, incentivados por las palabras del líder de la SGI, los alumnos y profesores de las Escuelas Soka emprendieron proyectos para recuperar las luciérnagas propias de la región. La cantidad de estos insectos luminiscentes, apreciados largo tiempo en la cultura japonesa, había decrecido drásticamente a partir de la posguerra como resultado de la polución y la urbanización. Luego de interminables esfuerzos, los estudiantes y docentes lograron criar exitosamente algunas luciérnagas en 1979. Hoy, como producto de dicha iniciativa, miles de vecinos de ambas instituciones disfrutan anualmente del destellante baile de centenares de estos pequeños insectos, y, más recientemente, en la Noche de Apreciación de las Luciérnagas ofrecida por la Escuela Soka de Kansai.
El señor Ikeda expresó, además, su solidaridad y condolencias a los afectados por la catástrofe telúrica ocurrida a mediados de junio en Iwate y Miyagi, prefecturas localizadas en la parte nororiental de la isla principal del Japón. Subrayó que estaba orando para que los damnificados pudieran restablecer sus vidas y reconstruir sus comunidades prontamente, y los alentó a tener convicción en el principio budista de "cambiar el veneno en medicina", mediante el cual se transforma el infortunio en ventura.
Luego, al referirse a la enfermedad, enfatizó que, desde el punto de vista del budismo, era importante considerar que las alteraciones de la salud constituían una oportunidad para fortalecer y expandir el estado de vida. Agregó que sólo quienes han batallado contra una dolencia comprenden y aprecian plenamente la dicha de gozar de buena salud.
El presidente de la SGI citó, entre otros, al dramaturgo ruso León Tolstoi (1828-1910) quien afirmó: "Mientras más desafiantes sean nuestras circunstancias, más elementos obtenemos para nuestro desarrollo espiritual". [BULGAKOV, Valentin: L. N. Tolstoi v poslednii god ego zhizni (L. N. Tolstoi en su último año de vida), Moscú, Khudozhestvennoi literaturi, 1960, pág. 290. Traducción indirecta.] Luego, compartió palabras del vate alemán del siglo XIX, Heinrich Heine (1797-1856), quien escribió que la nobleza reside en quien siente y actúan con nobleza. [Véase, HEINE, Heinrich: "Atta Troll (Atta Troll)", The Complete Poems of Heinrich Heine (Poemas completos de Heinrich Heine), trad. al inglés por Hal Draper, Boston, Suhrkamp/Insel and Publishers Boston Inc., 1982, pág. 430.] El señor Ikeda aseveró que ni la posición social ni la riqueza eran factores que podían medir o determinar el verdadero valor de una persona –jamás debíamos juzgar a otros con ese tipo de criterio—; son las acciones lo que cuenta, dijo.
La postura de respetar a todas las personas por igual, reconociendo la nobleza innata de los seres humanos, destacó el presidente Ikeda, era fundamental para el avance del movimiento de la SGI y, subrayó, era un espíritu que debían mantener sobretodo los líderes. El propio Nichiren mostró este respeto igualitario a todos sus discípulos, confiriéndoles títulos honoríficos como una expresión de su profunda consideración, sin dejarse influenciar por la jerarquía social o el nivel de erudición –lo que podía confirmarse en el hecho que Nichiren, en afán de demostrar su sincero encomio por la sinceridad y la valentía de una de sus discípulas, concedió a ésta el título de "sabia". El señor Ikeda, enfatizó que, de la misma manera, las mujeres de la SGI eran merecedoras de las máximas alabanzas y muestras de respeto.
Asimismo, el presidente Ikeda expresó su determinación de poner todas sus energías a seguir trabajando por la formación de la juventud; mientras que pidió, a su vez, a las jóvenes generaciones que asumieran el compromiso de impulsar el desarrollo de la SGI.
[Basado en los artículos publicados el 19 y el 23 de junio de 2008 en el Seikyo Shimbun, diario de la Soka Gakkai, Japón.]