Un contrato social es un acuerdo real o hipotético celebrado entre ciudadanos, o entre gobernantes y gobernados, por el cual se establecen reglas morales y políticas a las cuales habrá de ceñirse una sociedad determinada. A la ciudadanía se le garantiza gozar de seguridad, protección e igualdad de derechos a cambio de transferir colectivamente ciertas libertades a una autoridad central o soberana. Los propulsores de las primeras teorías sobre el contrato social adoptaron diferentes concepciones sobre la naturaleza humana; sin embargo, todos acordaron, en líneas generales, que el contrato social era una forma de prevenir conflictos de otro modo inevitables entre los integrantes de la sociedad. Esto permitió postular que el establecimiento de los derechos humanos individuales implicaba aceptar, al mismo tiempo, el deber de proteger los derechos de los semejantes. Los teóricos del contrato social hicieron hincapié en la racionalidad de dichos acuerdos, en la medida en que promovían el provecho mutuo a través de transferir voluntariamente una porción de las libertades del sujeto.