La poliomielitis es una enfermedad viral muy contagiosa que puede causar parálisis permanente o incluso la muerte, cuando afecta los músculos que intervienen en la respiración. Aunque la patología es incurable, la vacuna protege a las personas de por vida y permite frenar los contagios.
En 2020, las cuarenta y siete naciones que integran la región africana de la Organización Mundial de la Salud (OMS) quedaron formalmente exentas de la poliomielitis o poliovirus salvajes, al cumplirse cuatro años sin registrarse nuevos contagios. Esto se logró a través de una campaña de aplicación de vacunas y vigilancia sanitaria implementada por la Iniciativa Global de la Erradicación de la Poliomielitis, el programa internacional de salud pública de mayor envergadura en la historia. Sin embargo, aún subsiste un riesgo, vinculado con los poliovirus derivados de la vacuna; es decir, raras cepas de este patógeno que han mutado a partir de los virus debilitados presentes en la vacuna oral. La poliomielitis sigue siendo endémica en dos países: Afganistán y Pakistán.