En 2016, el entonces secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, convocó por primera vez una Cumbre Humanitaria Mundial en Estambul, Turquía. Su propósito fue reformar de raíz las gestiones de ayuda humanitaria global mediante la implementación de un sistema más inclusivo y diverso que respondiera con mayor eficacia a las crisis en curso. En la cumbre participaron nueve mil representantes de ciento ochenta Estados miembros; entre ellos, cincuenta y cinco jefes de Estado y de gobierno, cientos de enviados de agrupaciones de la sociedad civil, organizaciones no gubernamentales e instituciones religiosas, así como también socios del sector privado y del ámbito académico.