Sócrates (c. 470-399 a.e.c.) se definía a sí mismo como «un partero intelectual»: alguien que ayudaba a otros a dar a luz su propia sabiduría y a determinar la verdad de sus propias convicciones. Este método socrático, conocido como «mayéutica» y propuesto en el Teeteto de Platón, se vale del diálogo y de la formulación de preguntas para estimular el pensamiento crítico y provocar la duda sobre las ideas comúnmente aceptadas. En el Teeteto, Sócrates encuentra semejanzas entre el oficio de su madre, quien era partera, y el proceso de adquisición de la verdad, que puede ser doloroso como un parto. Así como una comadrona induce o alivia el dolor del parto para ayudar al alumbramiento, Sócrates acompañaba al alma y ayudaba a sus interlocutores a dar a luz una idea.