Aprobado en diciembre de 2018 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, el Pacto Mundial sobre Refugiados establece un marco para dar respuestas internacionales más predecibles y equitativas a los movimientos masivos de refugiados. El objetivo del Pacto Mundial es aliviar la presión que sufren los países de acogida, fomentar la autosuficiencia de los refugiados, ampliar su acceso a terceros países y propiciar condiciones que les permitan regresar voluntariamente a sus países de origen. El Pacto, que contempla servicios e infraestructura en los países receptores, se propone asegurar un enfoque centrado en la gente, que beneficie directamente a la población local y a los refugiados.