La Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial (ICERD) es un convenio de las Naciones Unidas adoptado y abierto para la firma el 21 de diciembre de 1965, que entró en vigor el 4 de enero de 1969. La Convención obliga a sus miembros a eliminar la discriminación racial y a promover el entendimiento entre todos los grupos étnicos. Asimismo, requiere que las partes prohíban las expresiones verbales de odio y penalicen la afiliación a organizaciones racistas. Ante la reiteración de incidentes antisemitas en el mundo, la Asamblea General de las Naciones Unidas decidió aprobar una resolución de condena a todas las prácticas y expresiones de odio racial, religioso y nacional, considerándolas violatorias de la Carta de las Naciones Unidas y de la Declaración Universal de Derechos Humanos. El 24 de marzo de 2017, el Consejo de Derechos Humanos inició la redacción consensuada de un protocolo adicional, anexo a la Convención, destinado a criminalizar los actos de naturaleza xenófoba y racista. Hasta enero de 2018, 179 países habían ratificado este convenio como Estados partes.